Uno de los mejores baremos para discernir el cambio de Poder sobre el Planeta Tierra es comprobar cómo «verdades» consideradas como dogmas de fe hoy se niegan sin contemplación alguna.
Hace unos días, los científicos chinos cuestionaban abiertamente que estemos ante un periodo de acusado calentamiento del Planeta y, sobre todo, que ello pudiera algo que ver con la acción humana, dejando claro que China «va por libre». Es decir, que no acepta las órdenes del complejo anglosajón-sionista.
En estos días, también un asesor del primer ministro australiano, Tony Abbott, ha salido a la palestra a negar la interpretación que se ha hecho en los últimos años de los datos recogidos: «Es un secreto bien guardado, pero el 95 por ciento de los modelos climáticos indican que la relación entre las emisiones de CO2 humanos y el calentamiento global, después de casi dos décadas de estancamiento de temperatura, es un error». ¡Y esto ha aparecido en un diario australiano!
Por si todo esto fuera poco, los datos medidos en la troposfera indican que la temperatura de esta capa de la atmósfera no se ha movido significativamente en los últimos 18 años (1997-2015).
Una nueva paranoia derrotada, cuya importancia radica, sobre todo, en la desacreditación por completo del modelo científico actual como sostenedor de la «verdad política oficial», conducente a la esclavización de la especie humana.
Tardaréis en verla en los periódicos oficiales pero es un hecho: la disidencia ha triunfado.