Otro más. Y van… ¿cuántos?
Si alguien todavía sigue dudando de la Conspiración Gay, por favor, que pida hora en mi consulta de coaching porque habrá que mirarle el problema de «negación de la realidad».
Por supuesto, la homosexualidad de Brad Pitt no es cosa de hace diez años sino el impuesto que tuvo que pagar por alcanzar la fama, cuando arribó a la montaña «sagrada», la meca del cine: los rumores hablan de que fue el efebo de un afamado guionista que fue quien le promocionó. Si recordáis, Brad Pitt saltó a la fama haciendo, precisamente, de gigoló en la película «Telma y Louise», lo cual probaría una de las tesis que defiendo y demuestro en «La Historia Secreta de Hollywood: que o bien los actores se interpretan a sí mismos en papeles que han vivido en sus vidas, o bien acaban viviendo los roles que les hacen interpretar en las películas, es decir, que se acaban creyendo los personajes que interpretan o, también, que les endosan esos papeles para trastornarlos y que se los acaben creyendo. Para manipularlos mentalmente, vaya.
En breves días se estrena el documental sobre la pederastia en Hollywood, «An open secret».
