Contaron que había desabastecimiento en los supermercados, sus «encuestas» decían que habría un empate y esta misma semana llegaron a decir que Tsipras aceptaba las condiciones de la troika y que pediría el sí en el referéndum. El ridículo de los medios de comunicación que representan al sistema ha sido tan brutal como el golpe que el pueblo griego le ha dado a los banqueros sionistas.
Aquí, un pequeño comentario sobre las consecuencias de lo sucedido.