Gracias a Dios, la voz de alarma de hace unos días ha hecho que los servicios secretos se «pongan las pilas» e investiguen a los refugiados sirios. Por fortuna, no son muy listos.
Gracias a Dios, la voz de alarma de hace unos días ha hecho que los servicios secretos se «pongan las pilas» e investiguen a los refugiados sirios. Por fortuna, no son muy listos.
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