España — 23 noviembre, 2015 at 7:34 pm

En marcha el grupo de Facebook «España ama a Cataluña»

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La segunda semana de la gira de presentación de «El asesinato de la música» en tierras valencianas me ha permitido afianzar la idea que he ido reforzando durante tantas semanas que he pasado en Cataluña en los últimos 8 años: el «problema catalán» es un problema emocional, sentimental, de sentirse no queridos. De nada vale en este punto el tratar de razonar la historia o la economía. Si los valencianos y los baleares hablan el mismo idioma y se sienten mayoritariamente identificados con España y estamos de acuerdo en que la crisis económica es mundial, es señal de que el problema no va por ahí: ni lingüístico ni económico. El problema real es otro.
La pregunta que me repitieron un montón de veces en los últimos días (¿Y en Madrid qué se dice?) y la triste reacción ante mi respuesta («Nada, la gente no quiere ni comentar sobre el tema») me hacía vislumbrar que lo que los catalanes están esperando es una respuesta de España pidiéndoles que no se vayan.
Eso es todo.
Fue mi amigo Xavi quien, después de abundantes conversaciones, reforzó una idea que bulle por mi mente desde hace un año (y que no me he atrevido a exponer, por vergüenza): los catalanes lo que quieren es que el resto de los españoles les digamos que les queremos. Así de fácil.
Lo que están es COMPRENSIBLEMENTE MOLESTOS por la fama de tacaños que les ha perseguido cuando la realidad es que están más puteados con los impuestos que ninguno (y esto es algo manifiestamente cierto cuando uno vive un tiempo en Cataluña y desmonta todos los estereotipos que les persiguen, pero confirma que ¡en ningún otro lugar de España todas las autovías son de pago!). Y lo que quieren es una disculpa por parte del resto de los españoles. Sólo eso. Una muestra de cariño.
Como digo, hace algo más de un año se me ocurrió que desde la Red se podría realizar una convocatoria en todos los ayuntamientos de España para pedirles a los catalanes que no se marchen. En principio, lo que se me ocurrió fue una «llorera nacional»: es decir, ponernos todos a llorar, la imagen en los telediarios que se me venía a la imaginación era realmente potente pero puede que esa pretensión sea excesiva para un mundo tan positivo que hasta cuando se protesta hay que llevar tambores y parecer feliz.
Por eso, después de hablar con valencianos y alicantinos (que juntamente con los baleares son los que más pueden hacer por variar esta situación, pues comparten la lengua) he decidido crear el grupo de Facebook «España ama a Cataluña», en el que ya no se hablará de política ni de historia, sino de sentimientos, de todos los lazos culturales que a lo largo de la historia se han forjado entre:
-Aragoneses y catalanes.
-Valencianos y catalanes.
-Vascos y catalanes.
-Gallegos y catalanes.
-Castellanos y catalanes.
-Andaluces y catalanes.
-Madrileños y catalanes.
-Murcianos y catalanes.
-Extremeños y catalanes.
-Canarios y catalanes.
-Leoneses y catalanes.
-Riojanos y catalanes.
-Baleares y catalanes.
[Las escribo así, en parejas, porque las relaciones de los catalanes con cada una de las regiones de España es particular y diferente unas de otras: son sentimientos y relaciones que se han cimentado a lo largo de siglos, aún incluso antes de que España existiera y, de hecho, fueron el origen de España].
Y, por supuesto, también los hispanoamericanos porque la independencia catalana de España (es decir, del idioma español) también separa a los catalanes de salvadoreños, nicaragüenses, hondureños, cubanos, portorriqueños, mexicanos, venezolanos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, uruguayos, paraguayos, chilenos, argentinos, bolivianos, dominicanos, panameños, costarricenses y ecuatoguineanos, porque como todos sabemos los catalanes se sienten en casa en todos esos países gracias a la mitad de su estructura cerebral, que está escrita en la lengua española.
Por eso, necesitamos vuestra ayuda, hermanos hispanoamericanos, para detener esta locura antes de que nos conduzca a una guerra. Porque los catalanes se sienten unidos con América y, probablemente, recordarles que es a través de España como se sienten en casa cuando van a vuestros países, les hará ver la situación de otra manera.
Sí, ha llegado la hora de hablar con palabras claras: tal y como se está conduciendo la situación nos encaminamos a una guerra similar a la de Yugoslavia, y como sabéis, yo no digo las cosas por epatar sino que anticipo el futuro para advertir de a donde nos conduce una situación. Para evitar el Mal.
Las decisiones del parlamento catalán provocarán la suspensión de la autonomía y ello conducirá a manifestaciones cada vez más violentas que acabarán saldándose con algún muerto, que se convertirá en un mártir y de ahí… a lo que ninguno queremos que suceda.
Así pues, ha llegado la hora de que la humanidad sustituya a la política y reconduzcamos la trágica situación a la que nos conducen, inexorablemente, los arquitectos de la guerra.
Os doy un argumento irrebatible: «Independencia» no es igual a «Libertad», como nos han hecho creer, sino a SOLEDAD, y eso, Soledad, soledad y separación de sus hermanos valencianos, aragoneses, castellanos, baleares, vascos, madrileños, murcianos, asturianos y gallegos es a lo que conduce la «independencia».
El grupo ya está vivo: ahora sois vosotros quienes tenéis que darle sentido. Como no lo solucionemos los seres humanos, esto puede acabar muy mal.
En nuestras manos está. No queda mucho tiempo: hay que modificar el discurso por completo. De la discusión al más alto de los valores humanos.
Porque para muchos Cataluña es parte de nuestro hogar y los catalanes, una parte de nuestra alma.