Media — 11 enero, 2016 at 10:24 am

En su testamento videomusical, Bowie anunció que se iba al infierno

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Es sobradamente conocido que David Jones (aka David Bowie) estuvo ligado a las enseñanzas del satanista Alistair Crowley desde sus inicios musicales, por eso, cuando hace unas semanas publicó «Black Star» me pareció una evidente misa negra, parodiando la crucifixión de Cristo, autocalificándose de «Estrella Negra», escenificando un aquelarre (veréis que hay 12 brujas) e invocando claramente a la muerte por medio de una calavera.
Por cierto que, si os fijáis, encontraréis que en el puesto de Barrabás en la representación de la crucifixión de Cristo de «Black Star» hay un rabino judío.
Al fallecer ayer y conocerse que Jones/Bowie padecía un cáncer desde hace año y medio, hay que revisar el contenido del vídeo porque, evidentemente, sabiendo que se iba a morir, este último trabajo se puede calificar de «testamento».
Al igual que en el siguiente vídeo que veréis, titulado Lazarus (se refiere, obviamente, al resucitado por Cristo), Bowie se representa a sí mismo como un loco en un manicomio pero, claro, el manicomio no es tal sino el infierno, un infierno del que trata de escapar a través de la inocencia de la niña en el primer vídeo y que representa el «pájaro azul» que nombra en el segundo. Pero como repite el estribillo, mientras la muerte viene a buscarle, el manicomio es su cielo y entonces rememora cuando se fue a Nueva York (a conocer a Andy Warhol, que le hizo lo que es) y vivía como un rey, para luego gastar todo su dinero y tuvo que vender su sexualidad («I was looking for your ass»: «estaba buscando tu trasero», o sea, como se dice coloquialmente, «comiéndole el culo a Andy Warhol»). Estos últimos versos los canta disfrazado de clown, a la manera de Lindsay Kemp, que fue el hombre que le inició en la homosexualidad, cuando era sólo un crío.
Después se le ve con una pluma, firmando una carta, angustiado.
¿Está escribiendo a los Reyes Magos?
Nooooo, amiguete.
David Bowie está representando el día que vendió su alma al diablo, un acto que se consagra con una carta, como se ha visto en unos cuantos vídeos de satánicos. El demonio, que está debajo de su cama, esperando su muerte para llevárselo con él. Por eso sueña con la libertad, obviamente, y se ve encadenado.
Esa es la otra vida que le espera.
!Ah! Al final, se mete en el armario. El hombre que sacó del armario la homossexualidad, acaba muriendo y metiéndola en el armario.
Un final redondo.