En los años noventa, se puso de moda la expresión, en inglés, «fashion victim»: es decir, «víctima de la moda». La cual solo ahora me he dado cuenta de hasta qué punto era verdad.
Si supierais inglés, alucinaríais con este documental que nos acerca a «la hoguera de las vanidades» de Liverpool. El mundo de las chicas y chicos de barrio subyugadas por la democratización de la fama de la telebasura, que se inyecta botox, esteroides y productos para ponerse morenos -al parecer- de una manera generalizada.
Entre las impagables declaraciones que aparecen en el vídeo, el de una madre que ha obsesionado a sus hijos con el culturismo, otra que cuenta cómo se mete inyecciones que le pueden matar por cáncer o a través de un infarto, los culturistas de unos colores que hacen daño a la vista, la vida de una pija recauchutada que es el modelo para todo este público…
Ahora que, yo me quedo con las declaraciones de uno de estos relaciones públicas, cuando afirma (porque el documental es tremendamente sincero) que «todos sabemos que esto es un teatro».
Definitivo.
PD: Dado que está subtitulado al inglés (por su acento, les debe ser difícil hasta a ellos seguirlo), podréis comprender muchas de las cosas que dicen. El problema es que tiene mucha jerga de ese submundo que yo, por lo menos, no entiendo.