«… El día en que los hippies se conviertan en policías de la naturaleza y la Guardia Civil, en salteadores de caminos, sabremos que estamos viviendo el final de los Tiempos».
La primera parte de este adagio surgió la semana pasada, cuando fuimos al pico de Peñalara (2000 y pico metros) y veía a mi amigo Camilo preocupado por no llevar su perro atado y la amenaza del Seprona (guardabosques). Cuando llegamos a la preciosa laguna (rodeada de señalizaciones supuestamente para protegerla), había dos montañeros, dos hippies, «pasando el rato allí» (a pesar del frío) y, un poco escuetamente, es verdad, nos comentaron que se quedarían allí hasta la noche. (Me pareció un poco raro, pero nada más).
Sólo después, cuando mi amigo Camilo -una vez que habíamos perdido de vista el pico y, por consiguiente, a esta pareja de «hippies»- Camilo soltó a «Keiser» de su correa y entonces lo entendí:
-¡Los hippies eran policías de la naturaleza, encomendados de controlar a los montañeros! ¡Ni en lo alto de una montaña pueden dejar de controlarnos!
Entonces fue cuando me di cuenta de que este suceso representaba el final de todos los sueños hippies: cuando se convirtieron en lo que más detestaban. La policía que no deja en paz a los seres humanos ¡ni siquiera en la cumbre de una montaña!
La segunda parte del adagio es responsabilidad de Julio (un nuevo talento de la conspiranoia madrileña), quien sagazmente se dio cuenta de cómo la Guardia Civil -que nació para proteger a los españoles de los bandidos que los atracaban en los caminos- ha acabado haciendo ¡precisamente eso! ¡Colocándose en las mismas posiciones para atracar a los inocentes ciudadanos mediante delitos preventivos «por su seguridad» y armas tan sofisticadas como los radares y controles de alcoholemia! (Esos son los nuevos trabucos de los bandidos).
Ahora que me doy cuenta, seguro que los bandidos «requisaban» los dineros de nuestros antepasados bajo el mismo pretexto.
-¡Es por tu bien!
Pues eso: los hippies se volvieron policías y la Guardia Civil, asalteadores de caminos.
Si esto no es el Apocalipsis, que venga Dios y lo vea.
PD: Ahora quieren cerrar el acceso al Parque de la Pedriza desde las 9 de la mañana, según ellos, porque hay gente que ensucia.
Una vez más: ¡pagamos justos por pecadores! A finales de mes, habrá una manifestación en Manzanares del Real. Allí nos veremos.
PD 2: Todas estas intromisiones del Estado en nuestra convivencia, no pasarían si recuperáramos la moral ciudadana y nos atreviéramos a decir a otros ciudadanos que lo que hacen no está bien y nos perjudica a todos. Claro que como la New Age dijo que no se puede juzgar lo que está bien y lo que está mal y nadie es culpable de sus actos… ¡Pues el Estado acaba robándonos la Libertad! (Gracias a todos los gurus new age por contribuir a nuestra esclavitud con su inmoralidad y desmoralización).