Para los que todavía siguen pensando que la Rusia de Putin es igual que nuestra villana «civilización».
Tras contribuir decisivamente a la liberación de esta anciana población de las garras de los descerebrados (y de las mina antipersonas), el gobierno de Putin completó el trabajo de manera espiritual, al enviar una orquesta sinfónica al circo romano, donde dio uno de los conciertos más extraños de la Historia. En medio de una ciudad fantasma, con un público compuesto mayoritariamente de rudos militares, este concierto pasará a la historia como un ejemplo de la propuesta rusa para una nueva forma de gobernar.
No os perdáis el detalle del pope ortodoxo y el imam chiíta sentados juntos, las niñas vestidas con su traje regional y, por supuesto, el excelente violinista de la primera pieza.
Una buena propuesta para este domingo.
