Parece que al final vamos a ver caer el mito de la violencia de género (como no podía ser de otra forma) con actores estelares. En este caso, el guapo entre los guapos de la última época de Hollywood: Johnny Depp, en este caso, en el papel del malo abusador, acusado por su esposa Amber Heard. Después de las acusaciones, su ex esposa Vanessa Paradis, su hija y uno de los Monty Python han salido a defenderle aduciendo que lo hace para conseguir dinero en el millonario divorcio que se espera.
Por cierto que ayer estuve volviendo a ver la película «Casino» en la que una malísima Sharon Stone manipula a Joe Pesci y Robert de Niro y me preguntaba si esta fue la última gran película en la que la mala era la mujer. Desde entonces, siempre han aparecido en el papel de víctimas y no de culpables.
Curiosamente, esta cinta es de 1995, justo el año después a que se diera pistoletazo de salida a la paranoia de la violencia de género (Conferencia de la ONU en Pekín). Parece claro que hubo una orden desde arriba para que el cine preparara nuestras mentes para la paranoia.
Por supuesto, Putin debe de tener todos los documentos que lo prueban, y los publicará en cuanto el FMI y el Banco Mundial lleguen a las manos del BRICS y la sociedad del dragón.