Cada vez nos lo ponen más fácil. Las evidencias de que nuestra civilización se basa en la estrategia de que el criminal es el mismo que investiga (o dice solucionar) el crimen aparece por donde quiera que miremos.
En los pasados días, en España nos enteramos de que la empresa encargada de la limpieza de las aguas del río Ebro se encargaba, ella misma, de contaminarla, para así tener más trabajo. Lo mismito que las feministas que amplifican la paranoia de que los hombres odian a las mujeres, para así provocar más crímenes y contar con más trabajo.
El entonces ministro de Agricultura, Arias Cañete, implicado en la trama. Sin duda que los incendios, al igual que los niños desaparecidos, siguen el mismo esquema. Todo funciona igual en esta civilización: el zorro se encarga de cuidar a las gallinas. Así nos va.
