Os lo vengo advirtiendo desde hace meses: Putin puede «cargarse» la Historia oficial (y la izquierda política) cuando decida liberar los ingentes archivos de la era soviética. El momento parece que ha llegado puesto que su medio de comunicación internacional, Rusia Today, publica hoy una investigación conjunta entre el archivo central del ministerio de defensa ruso y un «Instituto alemán de Historia en Moscú» (que alguien debería explicar qué coño es).
Evidentemente, es una operación preparada para detonar la última bomba que acabe con la Historia, que ha de ser la negación del genocidio de judíos en la Alemania nazi (hay que recordar que fueron los soviéticos quienes antes llegaron a esos campos de concentración, luego tienen que saber la verdad). De momento, el informe publicado revela que los alemanes tenían pensado tratar bien a sus enemigos rusos, bielorrusos y ucranios porque, al fin y al cabo, «también son vikingos». El resto de la información tiene un interés relativo porque, como digo, parece la preparación para la revelación de informaciones de mucho mayor calado.
El que la información se libere conjuntamente con un instituto que representa a Alemania nos está diciendo que, en realidad, Alemania está colaborando con Rusia, muy probablemente a través de la relación forjada por Merkel y Putin cuando ambos eran agentes de inteligencia en el bloque soviético (casi seguro, ambos fueron infiltrados).
Así pues, y recordando que ayer mismo Rusia se comprometió a impulsar el teletransporte, Putin nos está diciendo que el poder sionista ya no manda sobre él, y que se decide a reescribir la historia.
