Hace exactamente una semana, publicaba un análisis de los recurrentes secuestros de vírgenes españolas y su posible papel ritual para la política y el satanismo. Si volvéis a leerlo, veréis que dejaba caer que la joven Diana Quer desapareció justo cuando el presidente en funciones volvía a su tierra para prepararse para el debate de investidura. Si alguno vio ese debate, tendrá que reconocer que Rajoy parecía pletórico, tan pletórico que uno se preguntaba de dónde sacaría las fuerzas para proyectarse con esa seguridad, sabiendo que lleva un año haciendo el ridículo.
Pues bien, ahora nos enteramos de que los servicios de inteligencia buscan pistas sobre la virgen desaparecida Diana Quer en la urbanización madrileña donde vivía, que es la misma que… ¡Los Aznar, Acebes y Mato!
Así pues, la aparente locura pronunciada por Rafapal hace ahora una semana empieza a no parecerlo tanto, puesto que ya tenemos un vínculo entre la joven desaparecida y la élite política del PP (¿quién sabe si la familia de la chica conoce a los Aznar?).
Por una vez, voy a dejar mi análisis aquí, y como creo que los lectores de esta web ya tienen bastante experiencia en las redes satánicas y el significado de sus sacrificios humanos, sólo añadiré una cosa que se me ha ocurrido viendo el debate de investidura.
Una persona que ha participado en un sacrificio humano y sabe que está tan por encima de la ley que nadie puede tocarle, ha de sentir, NECESARIAMENTE, un subidón de adrenalina infinitamente mayor que cualquier droga: ¡está por encima del Bien y del Mal!
El que quiera entender, que entienda.
PD: Por nada del mundo, me gustaría estar en la piel de un agente del CNI que descubra lo que va a descubrir en este caso.
