Coincidiendo con el destape de la falsedad de la política de género a través del libro «El libro negro de la nueva izquierda», Argentina está padeciendo un terrible recrudecimiento de la paranoia de la violencia de género («¿de qué género?») que, de paso, ha sacado a la luz que en aquel país mueren a manos de sus parejas 200 mujeres (frente a las 80 en España, que sin gobierno se han convertido… en la mitad).
Coincidiendo con el comienzo del juicio por el desfalco de Cajamadrid -y el golpe totalitario en el PSOE- os habréis dado cuenta de que los telediarios se han llenado de violadores, pederastas y abusadores infantiles. Con todo lujo de detalles, se informa sobre el pederasta de Ciudad Lineal, varios niños que han sido apaleados en los colegios y los famosos violadores de San Fermín, convertidos en una especie de «Al Qaeda» de la violación.
Nuevamente, nos encontramos con la pregunta que responde la ingeniería social: ¿qué pasa?, ¿es que ahora han salido violadores y abusadores por todas partes o es que hay un motivo detrás de la propagación de esa sensación de inseguridad?
Como os comentaba hace días, la comprobación a través de la inexistencia del gobierno en este 2016 de que la violencia de género es una paranoia fabricada por el propio Estado ha hecho que tengan que cambiar de «canción» y por ello, para distraer la atención de la población de los juicios que prueban la mentira del sistema, estos ingenieros deben echar «más madera» para silenciar la falacia en al que vivimos.
Un ejemplo: el diario de la Nueva Izquierda (de George Soros) contribuyendo a la propagación de la paranoia de las violaciones que, por otra parte, su obsesión freudiana por el sexo contribuye a generar…
En definitiva: en estas semanas podéis hacer un excelente ejercicio de «ingeniería social», comprobando en tiempo real como se genera una nueva paranoia colectiva.
