… Y por fin, llegué a «mi gente»; los roqueros. Tras 15 años expandiendo la realidad de la Conspiración de la Historia, me llegó el momento de contárselo a los amantes del rock, el que fue mi «mundo durante muchos años, en este caso, en la Feria del Disco (vinilo) de Palma de Mallora. Como siempre me sucede cuando voy a romper un tabú, hasta pocos minutos antes de poder hacerlo no estaba claro si lo conseguiría; había varias opciones para hablar pero, dado que los grupos prueban instrumentos entre actuación y actuación, no sabíamos si «funcionaría».
Me dieron cinco minutos tras un grupo mallorquín llamado «Ceremony» (*) que resultaron ser vibrantes: un pop rock de inspiración inglesa y ecos a The Who, The Jam, Housemartins… Les hablé del libro y el bajista mismo me presentó, de manera que la «violenta conexión» entre un grupo musical y un tipo que aparece en el escenario porque ha escrito un libro quedó perfectamente equilibrada.
Me sentí como en casa desde el segundo 1 y conté mi «buena nueva» con un toquecito sentimental que conectó con varios de los presentes, de manerar que la «semilla» para extender la verdad de la conspiración entre este nuevo segmento de la población, quedó plantada.
Os pongo el vídeo y continúo más abajo.
Tras el subidón de hablar sobre un escenario para cientos de personas, ya más relajado, le conté a mi amigo y organizador, Adolfo, que en realidad la publicación de El Asesinato de la Música, con esa portada tan bonita -hecha por Adela- de los ídolos del rock en el cielo, significaba para mí una especie de «seguro de vida». Aunque lo contaré convenientemente en un artículo que titularé «Rafapal explica su mayor secreto: ‘por qué no me han matado'», os anticipo que he ido dando pasos más arriesgados bajo la fórmula «si me matáis ahora, me convertiríais en un mártir cuyo último trabajo fue esto». En este caso, después de haber publicado este libro sobre los ídolos del rock, si me mataran ahora entraría a formar parte… de este «santoral».
Y para rematar la «faena», aparecieron unos argentinos estupendos llamados «Cápsula» que recrearon el álbum Ziggy Stardust de Bowie y, a la segunda, -adivinadlo- tocaron el «Starman que muchos sabréis es una canción que recuperé hace años como himno de la Exopolítica (por ahí debe andar la presentación de «Extraterrestres», en el 2008 con Ramón Prendes a la voz y guitarra). En fin; un regalazo. Como si todo hubiera estado planificado.
En fin, que muy contentos por la «batalla», mi colega y yo volvimos a casa y allí, desenvolvimos los discos que regalaban con la entrada al evento. Dio la «casualidad» que Adolf había elegido el disco de «Ceremoney», pues el nombre del grupo no era «Ceremony» como creíamos sino «Ceremoney»; una contracción que podríamos traducir como «Ceremonia del dinero». Justo acababa de entrar al coche, en el garage del Palma Arena y me fijé en la portada.
El shock llegó cuando vi el título del disco: «THE NEW MONEY CEREMONY». Es decir: «La ceremonia del nuevo dinero».
Me salí del coche y empecé a reír a carcajadas que resonaban como ecos en el garage: «¿qué te pasa, qué te pasa?», me gritaba Adolf viendo cómo me volvía casi loco. «¡Vas a flipar, vas a flipar!», acertaba a decir. Y, entre risas, se lo conté.
El día que hablé para los rockeros, a dos semanas de las elecciones USA y con el rumor del reseteo cada vez más «palpable», me abren la puerta unos tipos que han sacado un disco llamado: «La ceremonia del nuevo dinero». ¡Que es uno de los temas que ha sido mi bandera durante 15 años! (Ellos no me conocían, luego no sé por dónde se han enterado: ¿RT, quizás?).
¿Comprendéis ahora por qué siento que Dios me protege?
¡Por cosas como éstas! ¡Es la señal que necesitaba para tener la certeza de que llega EL NUEVO DINERO! (Cuando llegué a casa, vi el vídeo de Max Keiser que podéis ver debajo de esta noticia, y lo vi claro: ES EL MOMENTO).
PD. Esta tarde de domingo volveré a la feria del Palma Arena para firmar libros. Nos vemos por allí tipo 6 de la tarde.