Hombre y Mujer — 7 noviembre, 2016 at 12:55 pm

La mejor explicación sobre el concepto de «género» que hayas leído

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Sexo y género. El gran debate hoy día. Un debate que se solucionaría rápidamente si se acudiera al diccionario y nos diéramos cuenta de que el mejor sinónimo de «género» es «tipología» o «clase»: de ahí expresiones como «cualquier género de cosas». Tradicionalmente, sólo existían dos géneros humanos: femenino y masculino porque, en realidad, sólo existen dos tipología humanas. La mujer y el hombre. Y eso, por más que los perversos quieran convencernos, ni ha cambiado ni cambiará.
Hoy día, mucha gente piensa que los seres humanos se dividen en función de la manera cómo se exciten -o no-: de ahí surgió esa clasificación que hoy día muchos consideran real. «Heterosexual», «homosexual», «bisexual»,»pansexual», «asexual»… pero que se mezcla con otras categorías que no tienen que ver necesariamente con la excitación, pues los «géneros» (tipologías), «transexual» o «metrosexual» tienen que ver con otros aspectos, como la vestimenta, no necesariamente con la excitación.
¿Cómo se resuelve todo este embrollo? ¿Dónde está el quid de la cuestión?
Pues es bastante sencillo: a la hora de clasificar al ser humano, hay una clasificación «objetiva» y muchas «subjetivas».
La palabra «objetivo» (como sinónimo de «imparcial») procede del propio «objeto», mientras que la palabra «subjetivo» (como sinónimo de «arbitraria») procede del «sujeto». Si la primera es algo ajeno a los gustos del sujeto, y estable, la segunda depende de la «subjetividad» del ser humano. En otras palabras «de cómo le dé» ese día.
Para el tema que nos ocupa, las categorías hombre-mujer son inmutables y claramente reconocibles y diferenciables; tanto, que se observan nada más nacer y hasta un niño, nada más comenzar a hablar, es capaz de reconocerlo. «Niño», «niña», dicen. Es evidente.
Por el contrario, la clasificación en función de la manera cómo se excitan los hombres y las mujeres (reencuandrándolos en diferentes compartimentos/sectas) es arbitraria y puede cambiar a lo largo de la vida, pudiendo un «bisexual» convertirse en «homosexual» o incluso en «asexual», o volver a la «heterosexualidad» natural, al igual que un «metrosexual» puede elegir un día vestirse de manera más masculina. Son modas, por tanto.
En el fondo, clasificar a los seres humanos en función de la manera como se excitan es tan arbitrario como hacerlo por:
-La comida que comen. «Vegetarianos», «veganos», «octolactovegetarianos», «crudiboristas», «omnívoros», etc.
-La música que escuchan. «Punk», «heavy», «mod», «rocker», «hippie», «siniestro», «gótico»,»rasta», «hippie», etc.
Si nos fijamos, la reclasificación del ser humano en función, no de sus características biológicas innatas sino de la manera cómo se excitan, sucedió mientras se lanzaban las diferentes tribus urbanas que acabo de mencionar (años 70 y 80). ¿Por qué?
Muy sencillo: porque mientras los seres humanos se convencían de que adoptaban una personalidad «alternativa» por el hecho de escuchar un tipo de música y vestirse de acuerdo a los postulados de esa secta, se lanzaba la «política de género» que terminó haciendo creer a la gente que las categorías naturales hombre-mujer eran una especie de cárcel y que debían ser sustituidas por esta locura de los géneros artificiales ¡de los que hay ya decenas! (Ver vídeo abajo). En otras palabras, que el fenómeno de las tribus urbanas fue una preparación para la «política de género», haciendo creer a la gente que te podías crear una personalidad alternativa.
La llamada «política de género» fue pues, la manera de destruir al ser humano para reconstruirlo artificialmente, extirpando su naturaleza: lo que se conoce como «reconstrucción». La llamada «violencia de género» es violenta, sí, ¡PERO PARA ACABAR CON LOS GÉNEROS NATURALES!
Conclusión: el género humano es sólo una derivación del sexo y solo hay dos. Masculino (de macho) y femenino (de la mujer). Lo demás, es de-generación de la especie. Por supuesto que la negrita en la palabra «degeneración» es para que pienses…