Piénsalo por un momento: ¿cuántas veces has visto que una marca de leche encabece una campaña para que modifiquen la definición de una palabra? (Y una tan importante como «madre») y, encima, ¡que coincida con el más largo anuncio de la lotería que se haya filmado jamás y que gira en torno a una madre!
Las casualidades no existen. Y menos en este tiempo. Y aquí entra la ciencia de la Ingeniería Social para desvelar lo que está pasando.
Tenemos a una marca de leche artificial iniciando una campaña para que se modifique el concepto de «madre», que es la que produce la leche materna de manera natural. Así pues, el trasfondo de esta campaña ha de girar, indudablemente, hacia la redefinición del concepto de madre, más allá de la naturaleza (¿hombres transexualizados a los que se insertará un feto como ya se propuso hace años en una serie de noticias falsas?).
Bien: más allá de la emoción -manipulada- de la abuelita que cree haber ganado el premio de Navidad de la lotería, ¿qué está contando ese cortometraje?
¡Está mostrando el engaño de la abuela, la que mantiene la pureza de la madre ancestral, para convencerla de que ha ganado un premio! ¡Lo están diciendo abiertamente; que todo esto es un engaño!
¿Recuerdas quién compró hace pocos años las loterías del Estado español? ¡La familia Rothschild!
Y ahora, mira esto: de repente, en Madrid se están filmando escenas porno en la calle. ¡Los sionistas están comenzando la última pataleta en forma de paranoia colectiva mientras dicen luchar contra las violaciones!
