En el año 1952 se estrena la película dirigida por Elia Kazan sobre la vida del revolucionario mejicano Emiliano Zapata, cuyo argumento gira en torno a los hermanos Zapata (Emiliano y Eufemio) y un tercero, que organizan una rebelión desde las montañas contra el dictador Madero, con la sospechosa complicidad de un periodista norteamericano, que hace las veces de difusor de su rebelión; altavoz internacional. [Es una de mis tres películas favoritas, ojo].
En el año 1953, un grupito de cubanos asilados en ¡Méjico! comienzan una rebelión desde las montañas de la isla para destronar al dictador Fulgencio Batista. Como todos sabéis, las figuras centrales de esa revolución cubana tan extraña (porque unos pocos cientos de hombres consiguen derrotar a todo un ejército) se centran en tres personajes: Raúl y Fidel Castro y el Che Gueva. Extrañamente, el periodista del New York Times Herbert Matthews convive con los revolucionarios durante unos meses en Sierra Maestra haciéndoles una especie de publirreportaje, que ganaría para los comunistas las simpatías del mundo occidental. ¡Los capitalistas saludando a los comunistas! ¡Cómoooo!
A poco que os frotéis los ojos, deberéis reconocer que las dos historias -la real y la ficticia- son idénticas; aunque en este caso (como documento en La Historia Secreta de Hollywood), la ficción crea la realidad, y no viceversa.
Es decir: que la estupenda película Viva Zapata (con nada menos que Marlon Brando en el papel del revolucionario mejicano) prefigura la revolución cubana y no me extrañaría nada que la hubiera inspirado (entre otras cosas, porque los hermanos Castro estaban en Méjico cuando se estrenó). A los ojos de los hipnotizados humanos de mediados del siglo XX, Fidel era Marlon Brando/Zapata: la utopía de la libertad hecha realidad.
En la segunda parte de El Padrino, ya con Al Pacino como capo entre los capos, Michael Corleone se acerca al mafioso judío Hyman Roth que, como os conté hace semanas, es una recreación de la «mano derecha» de Lucky Luciano (y su contable), el mafioso judío Meyer Lansky. Desde Miami, ambos mafiosos se lanzaron en los años cincuenta a construir hoteles y manejar la droga en Cuba, donde tienen una reunión… mientras estalla la revolución cubana. Como digo, en muchas cuestiones la película recrea la realidad porque es verdad que Lucky Luciano y Meyer Lanski se asentaron en la isla pocos años antes de que estallase la rebelión, con la corrupción política que ello implica. Droga, prostitución, sobornos; la «Gurtel» o el «pay por play», ya me entendéis. Con su dinero, podían comprar a funcionarios… y militares. (¿Lo pillas? ¿Sabemos todos a estas alturas quienes están detrás de esos mafiosos, verdad?).
Queridos amigos: la Historia inaudita (cómo cojones una decenas de tipos con unos fusiles consiguieron derrotar al ejército de un país*), se explica a través de la historia que hemos descodificado PORQUE LA HISTORIA SE ESTÁ REPITIENDO CONTINUAMENTE.
Por ejemplo: la reciente toma de Irak por parte de una banda parecida a la de Castro (en cuanto a número respecto a un ejército regular) llamada Estado Islámico o ISIS. Hoy sabemos sin asomo de duda que esa rebelión no hubiera triunfado si el ejército iraquí no hubiera sido comprado por los petrodólares sauditas y qataríes, que provocaron la huida de los militares para dejar a los «revolucionarios» el camino expedito.
Eso fue lo que debió suceder en Cuba 1954-58, pero para que algo tan inaudito pudiera parecer real, Hollywood encargó esa película al judío Elia Kazan. Sin «Viva Zapata», nadie se hubiera creído la revolución cubana.
Por cierto: los hermanos Castro son judíos sefarditas por parte de madre y el investigador español JJ Benítez tiene pruebas de que Fidel fue siempre un agente de la CIA, al igual que Sadam Hussein y Muamar El Gadaffi.
*Si alguien tiene alguna duda, he estudiado la revolución cubana desde el punto de vista militar, puesto que compré dos libros sobre el tema (una entrevista con Fidel) cuando estuve en Cuba en 1998. Y sinceramente, me parece inverosímil; me parece una película preciosa, eso sí, tan bonita como la de Viva Zapata (porque yo soy idealista y evolucionario) pero si tienes un mínimo de sentido común, no te la puedes creer. Un ejército no se derrota así de fácil, y si no, comparad la guerrilla cubana con las FARC o los zapatistas. Alguien compró a los militares cubanos porque hacía falta una amenaza como la comunista para proseguir con el guión establecido por el gobierno secreto en Estados Unidos. En suma, un reality show, basado en la película de Elia Kazan, al igual que el programa Gran Hermano procede de «1984» de Orwell y «Supervivientes» es una adaptación de Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
PD: Me parece absolutamente esclarecedor el hecho de que Fidel se haya mostrado dos semanas después de que Trump ganara en Estados Unidos. Apoya esta teoría de que en realidad siempre fue un agente del Estado Profundo y temía que la verdad le pillara en vida.