Continuando con su «preocupación» por las mentiras que ganan los corazones de los interanutas, el filósofo español José Antonio Marina se sube al carro de los que piden la censura en internet bajo unos argumentos sonrojantes.
El tipo recupera a Ortega y Gassett y su argumento de que la «masa» no piensa (lo cual es rigurosamente cierto) pero el problema es que ese argumento es válido para los suyos; es decir, para el público de los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, que como todo el mundo sabe, no tienen la posibilidad de responder a los emisores de los medios de comunicación de masas. Demagogo el tío, atribuye el concepto de «masa» a los usuarios de las redes sociales que, por definición, SÍ PARTICIPAN EN LA COMUNICACIÓN COMO EMISORES y, por lo tanto, ya no son «masa» en tanto en cuanto deciden a qué causas o verdades se adhieren, porque tienen la capacidad de elegir.
El debate filosófico en torno a la comunicación se está poniendo interesante y mi nuevo libro COMUNICACIÓN HUMANA: DEL MALENTENDIDO A LA TELEPATÍA va, por tanto, a llegar en el mejor momento.