Miradlos porque todos estos chicos acabarán en hospitales psiquiátricos cuando -dentro de no mucho- se den cuenta de que no han sido más que esclavos de aquellos que los traumatizaron. Lo que se conoce como «el síndrome de Estocolmo». Mientras tanto, siguen saboteando a los que les cuentan cómo liberarse de la prisión en la que viven: Sevilla ha sido el último lugar.
Acordaos de lo que os digo.
Hombre y Mujer, Opinión y Noticias Externas — 17 febrero, 2017 at 3:56 pm