España, Política actual — 22 septiembre, 2017 at 11:45 am

¿Cuáles son las razones para la independencia catalana?

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Seguramente, allí por Hispanoamérica contempláis sin entender muy bien lo que está sucediendo en estas semanas en España. Y lo cierto es que os afecta más de lo que pensáis, entre otras cosas, porque la destrucción de España significaría la destrucción de -una parte de- vuestros orígenes. Es importante que leáis el texto a continuación porque el proceso a una eventual independencia catalana os puede ayudar a comprender cómo sucedió la de vuestros respectivos países porque, a decir verdad, y salvando las distancias temporales, quienes las organizaron en el siglo XIX son los mismos que están operando ahora y sus métodos, también muy parecidos.
1-En un principio, el origen de los deseos independentistas se basó en la supuesta opresión de la lengua castellana sobre la catalana. Dado que es difícil sostener ese desencadenante en la actualidad, donde la lengua catalana prima sobre la castellana, ese argumento ha sido abandonado en los últimos tiempos, concurriendo catalanes de lengua castellana al «proceso». O sea, que la lengua no era el problema.
Conclusión: nos mintieron y esa supuesta opresión cultural y agravio no era verdadero sino una manera de generar cizaña y malmeter a los catalanes contra España.
2-Después de dar por «aprovechado» el argumento cultural, se extendió el argumento económico bajo el lema «España nos roba», que venía a significar que Cataluña no estaba mal por la crisis planetaria generada por la Reserva Federal Americana sino porque su dinero se había ido a otras regiones españolas. Una vez que se demostró que los políticos catalanes habían robado en las mismas proporciones que los del resto de España, este argumento ha dejado de ser usado, sin desdecirse por ello, pero con la multiplicación del enojo conseguida. El odio se va cociendo poco a poco.
Conclusión: la verdadera razón ha de ser otra.
3-Un tercer argumento es el nacionalista: la nación históricamente maltratada que, paradójicamente, para los activistas más extremos (los de las CUP) no es importante porque se consideran internacionalistas. En palabras de sus propios dirigentes (y muchas otras personas del ámbito «alternativo»), desprecian al estado y las fronteras; la destrucción del estado español es sólo un movimiento táctico en aras de crear una «revolución»: como si dividir las celdas de una prisión en otras más pequeñas fuera a cambiar el concepto de la prisión, como si cambiarla de nombre fuera a convertirla en otra cosa. Y esto es así porque hay que recalcar que (bajo mi experiencia en diez años pasando temporadas en Cataluña) no existe un sentimiento en contra del pueblo español, ni en su conjunto ni de ninguna de sus regiones.
O sea que, en definitiva, el argumento nacionalista no es el relevante en esta independencia.
¿Pero si no existe un sentimiento en contra de los españoles, en qué se basa el independentismo?
En el odio al Estado español.
¿Se puede estar en contra del Estado español y no de los españoles? ¿Acaso no representa el estado español a los españoles?
Esta evidente contradicción esconde la clave para entender el proceso catalán y el irracional motivo sobre el que en realidad se sostiene. Dado que, como digo, la mayor parte de los que hoy están apoyando el nacionalismo tienen raíces españolas, es en realidad el argumento del «cuanto peor, mejor» el que más pesa actualmente. De la destrucción de este estado corrupto, saldrá otro inmaculado y justo (no se explica cómo).
O sea, el argumento «antisistema»… de unos individuos como las CUP que han sido alimentados por el propio Sistema.
La verdadera motivación del proceso independentista catalán en la actualidad reside en el (COMPRENSIBLE) hartazgo del pueblo catalán ante la crisis que padecemos desde hace diez años y que ha dejado a esta región sin su potente tejido industrial y soportando unas cargas impositivas intolerables (las autopistas, gestionadas por el propio autogobierno !!). La opción independentista vendría a ser la huida hacia adelante ante una situación que parece no tener fin. Los arquitectos de este proceso han conseguido convencer a parte de la Opinión Pública de que un eventual estado catalán abriría la oportunidad de generar otro tipo de economía, soslayando que es el Banco Central Europeo, el BIS de Basilea y la Reserva Federal Americana quienes tienen (ahora mismo) la llave del final de la crisis. El propio sistema sionista que genera la crisis ofrece la solución que les favorece, bajo el ya clásico esquema de acción-reacción-solución (tesis, antítesis, síntesis).
En los últimos días estoy debatiendo con muchos seguidores de esta página ¡que se han vuelto independentistas! aún conociendo cómo comenzaron las guerras de Yugoslavia, Siria, Libia y Ucrania. Lo cual es para analizarlo detenidamente: individuos que conocen cómo opera la manipulación MK Ultra y cómo se generan las guerras están llevando a su propio pueblo a otra más. Inconscientemente, claro, lo cual nos lleva al poder del inconsciente (manipulado) para que uno olvide lo que ya sabe: el poder de la masa inconsciente (la masa siempre lo es) sobre el individuo consciente. La emoción contra la razón.
Cuando te pones a debatir con ellos, aparecen una serie de frases inconexas y contradictorias que, cuando se las señalas, pone de manifiesto que, en realidad, lo que está detrás de este movimiento es UNA EMOCIÓN IRRACIONAL (a veces dicen «sentimiento» porque hoy en día la mayor parte de la gente no es capaz de diferenciar ambos conceptos: «sentimiento» y «emoción». El sentimiento es consciente, la emoción es inconsciente). Una emoción irracional, manipulada, obviamente, que no es ni más ni menos que el condicionamiento clásico: la rata que es sometida a una situación de estrés (la crisis) es condicionada a «elegir» la solución que el psicólogo/manipulador ha generado previamente, en este caso, la guerra fratricida.
Claro: todo esto está ocurriendo mientras el nuevo sistema monetario está emergiendo abiertamente, por lo que, dados los vínculos de la élite catalana con la sinagoga, es ella en realidad quien está pilotando el proceso.
PD: No os podéis imaginar lo duro que es para mí contemplar cómo tantos años formando a tanta gente en cómo funciona la Ingeniería Social valen de tan poco ante el empuje de las emociones irracionales cuidadosamente manipuladas. Evidentemente, una ciudadanía a la que se le ha convencido de la existencia de un enemigo (El Estado Español) puede ser conducida al enfrentamiento con el inocente (el pueblo español). Esto pinta muy pero que muy mal.