Como veréis, a la luz de este documento intervenido al departamento de Propaganda y Guerra Psicológica de la Generalitat, lo que llaman «el procès» es en realidad una campaña de ingeniería del consentimiento, perfectamente estudiada por sus sociólogos, que consiste en decirle a cada catalán aquello que quiere oír para que consientan en la separación del resto de los pueblos ibéricos.
Por supuesto, si para eso hay que mentirles con cosas como «los bancos y las empresas no marcharán», da igual; saben que la gente olvidará las mentiras, metidos de lleno en la espiral revolucionaria.