Raro por largo, raro por meterse con Woody Allen y raro por hablar del trasfondo moral de sus películas, dada su conducta.
El ensayo publicado por El País en estos días, a cuenta de una información aparecida sobre sus notas que dejan entrever un pago sexual por aparecer en sus películas, sería algo inimaginable cuando publiqué La Historia Secreta de Hollywood aunque lo cierto es que el relacionar el guión de las películas de Allen con su propia vida es la clave para analizarle.
20 años después de las acusaciones de abusar sexualmente de sus hijastros, el diario que aupó en España al cineasta judío lo baja del pedestal, con un artículo cobarde porque tira la piedra, esconde la mano, se arrepiente…: el problema está en que esta izquierda freudiana está cargando contra su propio ídolo ¡y sus propias creencias! ¿Cómo una persona que no cree en el Bien va a tener altura moral para decir que otra se comporta mal?
De cualquier modo, para tomarse unos minutos por la trascedencia histórica de este cambio de tendencia: las películas empiezan a ser miradas con otros ojos.
