España — 28 enero, 2018 at 11:29 am

Os recomiendo que leáis los comentarios a un artículo político de Alberto Garzón (IU) en El Confidencial

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Cada vez que leo algún artículo «ideológico» de los jóvenes de la llamada «Nueva Izquierda española», me viene a la memoria el título de un disco del cantautor catalán, Albert Plá»: «Veintegenarios».
En este caso, el joven líder de Izquierda Unida afronta el problema existencial número uno de la izquierda: ¿por qué sus votos vienen de la clase media-alta y no de la clase trabajadora, como supuestamente debería ser?
Como siempre que uno lee un artículo de éstos, lo que extrae es que ellos (que sí que saben) tienen que convencer al pueblo (nosotros) que existe un conflicto de clase y, para ello, han de manejar los conceptos y las «narrativas» y los «relatos». Ingeniería del convencimiento, vaya.
Estos chavales (Errejón, Garzón, Iglesias), que casi son millenials, se han quedado anclados en una moda del siglo XIX mientras que llevamos ya veinte años en la era de Internet, y nos enteramos del poder del dinero-deuda, los ataques de bandera falsa y las sociedades secretas, entre otras muchas realidades que mandan al cajón del olvido las teorías de Marx. De ahí lo de «veintegenarios»; en pocos meses, estos chicos se van a convertir en jubilados prematuros y serán recordados como alguna de esas estrellas de verano que triunfaron con una sola canción. Su desconexión de la realidad del pueblo al que dicen representar es casi total, y siguen creyéndose que las aberraciones de la política de género les dan votos cuando lo cierto es que sólo en su secta se considera un valor.
Hace unos días os comentaba que, últimamente, lo más interesante de los artículos de los periódicos son los comentarios; me vais da la razón en cuanto os pongáis a leer los brillantísimos comentarios a la intervención de Garzón. Exceptuando uno de un «errejonista», la única intervención que aplaude a Garzón es una artículo «corta y pega» que los gabinetes de Podemos vienen publicando desde hace unos días en las redes, señal de que sus otrora activistas ya «pasan». Es decir: que su implantación popular ha desaparecido, lo cual es un síntoma irremediable de su pronta desaparición.
Lo peor de haber triunfado tan jóvenes es que ni se les pasa por la cabeza hacer una autocrítica a sus propias ideas (porque se creen que ha sido gracias a ellas que triunfaron, y no, como es obvio, porque se aprovecharon de un movimiento social y fueron colocados ahí por el mismo poder capitalista al que dicen combatir).
Lo dicho: leed los comentarios.