La información me llega de una amiga, residente en Alemania, muy metida en el activismo contra la introducción de la política de género en las escuelas. Al parecer, el gobierno austríaco está valorando realizar un referéndum para que sea el pueblo el que decida si quiere que continúe esta intromisión del Estado en la vida familiar.
Al margen de que sentaría un precedente para que otros muchos países lo imitaran, la medida sería un golpe en la frente a la llamada «democracia participativa» promovida por la izquierda que apoya la política de género: ¿somos consecuentes y dejamos que la gente decida?
En plena efervescencia del tema, me llega este vídeo sobre la «educación sexual integral», con referencias al poder de la franquicia abortista Planned Parenthood en América Latina, que promete convertirse en un fenómeno de masas.
