Bueno, pues ahí va.
Resulta que un día el tal Sigmund se va a una representación de la obra de Sófocles «Edipo»; al salir de ella, se siente identificado con el personaje (enamoramiento de la madre, deseo de matar al padre) y, al día siguiente, decide que esa identificación es válida PARA TODA LA POBLACIÓN, con lo que a partir de ahí decide que todos los humanos padecen del «Complejo de Edipo». Muy científico, ¿no creéis?: «si yo soy así, entonces todo el mundo es así».
(No te estoy tomando el pelo: lo que te he contado lo revelan los propios biógrafos de Freud, partidarios de sus demenciales teorías).