Desde Chile me llega la prueba irrefutable de que lo que estamos viviendo ahora mismo en torno a la orgía de Pamplona entre cinco sevillanos y una madrileña es una ingeniería social para justificar una ley que haga que las relaciones sexuales se realicen previo «documento firmado». Es la ínclita Camila Vallejo (aquella prometedora jovencita que descubrí en mi viaje a Chile y de la cual predije que sería convertida en líder) quien ha presentado un proyecto de ley -amparado en la supuesta plaga de violaciones- para que las relaciones sexuales se produzcan bajo «consentimiento», lo que hará que haya que firmar un documento para evitar que te denuncien en falso, colocando así la más íntima de las relaciones humanas en manos del Estado.
O sea: que ahora ya no hay duda alguna de que lo que se está montando alrededor de La Manada es una ingeniería social.
