Como sabéis, creo en el Tao y en que la vida tiende a continuar las tendencias que se desarrollan hasta que se completan y mueren. Lo que sigue es una predicción, con arreglo a lo sucedido en las transferencias de poder de Jordi Pujol a Artur Mas, y de éste a Carles Puigdemont.
-Cuando se vio acorralado por las denuncias de corrupción en torno a las adjudicaciones de obra pública, el Patriarca Jordi Pujol colocó a Artur Mas como su delfín, mientras preparaba a su propio hijo Jordi para ocupar el cargo de máximo mandatario de Cataluña.
-Una vez en el poder, Artur Mas acabó arrinconando a la saga Pujol (de los cuales aparecieron más escándalos: ¿fuego amigo?), hasta convertirse en el nuevo Patriarca catalán y emblema del independentismo radical, pero cuando los escándalos de corrupción le rodearon por completo buscó un «hombre de paja» (como Don Jordi había hecho con él) para sustituirle, pero controlable, y eligió al alcalde de Gerona, Carles Puigdemont.
-Una vez en el poder, Carles Puigdemont acabó olvidando a su protector y volviéndose más radical que él, encaminando el barco catalán hacia la independencia unilateral, lo que le valió el destronamiento, escapando del país. Controlando en la distancia lo que sucedía, como había hecho Artur Mas con él, y Jordi Pujol con Artur Mas, Puigdemont ha elegido a Quim Torra, que parece todavía más extremista que Puigdemont, con afirmaciones raciales que sonrojan al más pintado.
-De acuerdo a este relato, Quim Torra acabará traicionando a Puigdemont y olvidándose del ex presidente, hasta convertirse en un «presidente de facto» y no de paja, como pretende Puigdemont, y como pretendió Artur Mas con él, y como pretendió Pujol con Artur Mas. El pronóstico, asímismo, es que sus afirmaciones y pretensiones sean todavía más demenciales que las de Puigdemont, al que pronto veremos como un «moderado» en su comparación.
Si este relato continúa de manera lógica, Torra acabará en la cárcel.