Crónica de una ingeniería social anunciada. Las jovencitas que denunciaron que les habían llamado «guapas» en la orgiástica población de Magaluf desencadenará la persecución judicial de los piropos en España, al igual que sucedió ya en Francia.
Hombre y Mujer — 15 junio, 2018 at 9:40 am