Hace dos años os avisé de que, cuando los malos estuvieran a punto de perder, se mostrarían abiertamente como lo que son: satánicos. En Estados Unidos ya han colocado alguna estatua en alguna ciudad y, continuando con la tendencia, el PSOE ya ha encargado una estatua del diablo para ponerla, nada más y nada menos, que al lado del acueducto de Segovia.
El ataque del demonio en el Planeta Tierra es furibundo.