¡Cuántos años llevábamos exigiendo que hicieran películas y series sobre la verdad de la revolución rusa y el régimen soviético! ¿Por qué Putin no sacaba esos archivos y acababa, de una vez, con todos los partidos socialdemócratas y comunistas?
Bueno, pues ese momento, por fin ha llegado.
La serie de Netflix sobre Trostky está hecha con tino, sin estridencias y uno, al ver los primeros capítulos, cree estar viendo otro panegírico de aquel régimen, pero a medida que pasan, los flashbacks desde sus últimos años en Méjico nos muestra el sinsentido y la barbarie de aquel régimen que ha legitimado la locura del marxismo cultural que padecemos hoy día.
En los últimos capítulos hay referencias a «sacrificios a Moloch» y la conspiración judía; no os digo más.
Desde ya, tratad de verla, y hacerla conocida porque, como sabéis, el relato histórico construye el presente, y la ominosa mentira sobre la que todavía se construye la legitimidad moral de los partidos de izquierda se resquebraja cuando esta realidad sale a la luz. Pensad en Podemos, por ejemplo.
