Se la estaba guardando desde hace un año y medio, y Errejón le ha puesto la puntilla en el momento apropiado. Un día después de que el grupo de Podemos del parlamento cántabro se disolviera por desavenencias internas, el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, Iñigo Errejón, anuncia que se presentará con la plataforma lanzada por la alcaldesa Manuela Carmena, en su versión autonómica. Teniendo en cuenta que Carmena ya ha dicho que «se pensará» si incluir algún miembro de Podemos en su candidatura, esto supone una duplicidad y traición de Errejón a su partido de una sóla consecuencia segura: el partido se rompe.
El órdago que le han lanzado a Pablo Iglesias llega cuando, supuestamente, está retirado de la política durante tres meses para criar a sus hijos, así pues quien ha de responder a este envite va a ser su señora, Irene Montero, con poca capacidad diplomática y que, a buen seguro, va a empeorar las cosas todavía más.
En definitiva, a cuatro meses de las elecciones europeas y locales no hay una sola región española donde respeten y hagan caso a Pablo Iglesias, por lo que la pregunta que sigue es: ¿si en las listas locales no le respetan, quién va a votar a un partido para las europeas que, técnicamente, está roto?
Lo que presupongo es que el espacio que actualmente ocupa Podemos se va a disgregar en una miríada de partidos y movimientos, que va a hacer que los votantes acaben decantándose por los que ya conocen, como Errejón y Carmena.
Lo dicho: Pablo Iglesias está muerto. La vengaza es un plato que se sirve frío.
