A estas alturas de la mañana, la gran mayoría debéis saber que la modelo, prostituta y celebrity judeoargentina que denunció las redes pedófilas entre la élite argentina mediática, política y futbolística ha aparecido muerta en una situación que hemos visto repetirse entre decenas de famosos: supuesta sobredosis.
Entre los que seguimos este tipo de información, estaba cantado que esta mujer iba a acabar sus días de esta forma, y ella misma lo había anticipado en varios tuits. Y es que ni siquiera los judíos están a salvo, cuando «se van de la lengua». Ya lo dije hace días al analizar el excelente documental sobre El Mossad que está ofreciendo Netflix: dejan caer que en esta fase, ni siquiera los propios judíos están a salvo, si hablan más de la cuenta. Y Natacha Jaitt es la viva prueba de ello. Aviso para navegantes.
Dejando claro esta cuestión, lo que me interesa analizar es la forma en la que la noticia se ha tratado en los medios españoles, pues la tal Natacha, dado que participó en el Gran Hermano español, también era conocida en estos lares.
Lo primero que hay que saber es que, por la propia esencia de las redes, la verdad aparece en un medio tan visitado como Meneame, en cuya portada enlazan al diario argentino Clarín donde, obviamente, dan cuenta de sus denuncias contra las redes pederastas.
De esta manera, los medios como El Confidencial QUE SILENCIAN este crucial dato para entender su muerte, quedan retratados. ¿Qué pensarán los lectores, que lean el dato de sus denuncias contra los pederastas, cuando el periodista les hurta este dato? Pues, lo que ocurre es que el periodista se «borra» de la autoría del artículo, y firma con las iniciales nada más; es consciente de que no puede contar toda la verdad, y por eso se avergüenza, y se borra.
La web de Tele5 sí menciona este dato, al igual que El Mundo y El Periódico, por lo que los medios que censuran quedan más retratados.
¿Y El País, qué hace, os preguntaréis?
Pues El País, ni siquiera menciona la noticia. Eso sí: todos los días con los abusos sexuales protagonizados por los curas.
Luego se extrañan de que la gente haya dejado de comprar periódicos.