A unas pocas horas de la gran apuesta de la izquierda para movilizar a su alicaído electorado (la huelga feminista-capitalista), las encuestas y el errático comportamiento de sus dirigentes, mueven al desánimo en Unidas Podemos.
Hoy nos levantamos con un sondeo de Electomanía para la comunidad de Madrid, en el que Vox adelantaría al PP, y el partido feminista Unidas Podemos caería en un pozo que, según el propio PSOE, les podría hacer perder las elecciones generales (ver artículo de Voz Populi). Otro sondeo, éste para las europeas, daría a los animalistas del Pacma ¡tres diputados!
Así las cosas, ayer los de Unidas Podemos deciden anunciar a bombo y platillo la vuelta del Gran Líder… y tienen que retirar el cartel porque las feministas (que son las que mandan) opinan que roba protagonismo a su huelga. Está claro que, de tanto abujrar de su masculinidad, Iglesias ya no pinta nada en su propio partido, y su sustitución por su cónyuge, Irene Montero, hace prever la caída de todo su equipo.
El PSOE, que se las prometía muy felices con el descalabro de su rival/aliado, ve cómo el electorado que huye del partido feminista no va necesariamente a sus filas (sino, posiblemente, al Pacma), con lo que ve peligrar su futuro gobierno.