Como vengo diciendo desde hace meses, «alguien» ha decidido sacar las logias masónicas del armario para que asuman el fracaso de la modernidad como obra suya. Ayer, el programa de Cuatro TV presentado por el oscurísimo Risto Mejide llevó al ex primer ministro francés y actual candidado de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, y presentó, en una especie de juicio, al jefe de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso, que, curiosamente, apoyó la independencia catalana (cuando Valls supuestamente está en contra).
Como digo, la sinagoga está levantando su última línea de protección, que son las logias masónicas, pero al mismo tiempo el hecho de que ambos personajes masones, aparentemente enfrentados en el tema catalán, aparezcan juntos en el mismo programa y con la evidente sumisión del español frente al francés, aventuran que Valls va a protagonizar la enésima traición a España, porque Rivera, sencillamente, ya no pinta nada en Ciudadanos.
Mi pronóstico es que, a corto plazo, se plantee una pugna entre Inés Arrimadas y Valls por el liderazgo en este partido.
Curiosamente, ayer mismo los «chalecos amarillos» atacaron por primera vez una logia masónica, lo que deja entrever que las protestas populares están encarando a los verdaderos culpables de la crisis que vivimos. Como vengo diciendo, los masones «se van a comer ese marrón».
Otra razón para este «outing» es desviar la atención de la Opinión Pública de la figura de George Soros, cada vez más cuestionada; sin duda alguna, la masonería se inscribe en un escalón inferior en la pirámide de poder, respecto al judío húngaro, testaferro de la familia Rothschild. Así pues, auguro que muchos más masones van a aparecer en televisión y la prensa, asumiendo como propias las conspiraciones de la historia reciente.