Nacieron con la pretensión de convertirse en los regeneradores del sistema democrático y en cinco años no sólo no ha cumplido lo prometido sino que tanto Podemos como Ciudadanos están superando en corrupción a los antiguos partidos, dando un auténtico espectáculo en lo que era su mayor «aportación»: la democracia interna.
Este sábado, Ciudadanos celebraba unas primarias atípicas en Castilla y León porque competían el candidato nacido del partido (Igea) contra un submarino que viene del PP (Clemente) y fichada por Albert Rivera. Lo que ocurrió es que ganó la recién llegada, pero a las pocas horas se ha sabido que hay más votos contados que los emitidos, y que las elecciones cambiaron de ganador en las sospechosas horas de la madrugada. El pucherazo es tan evidente que la supuesta virginidad de Albert Rivera está desapareciendo a toda velocidad, combinada con las evidencias de que es un mero empleado de George Soros (uno más).
Los pucherazos en las primarias al liderazgo del partido se han repetido en el otro partido que prometía regeneración, Podemos, pero no en una, sino en cuatro regiones, que todavía están esperando que los tribunales emitan su veredicto (os puedo anticipar que darán la razón al partido, porque el estado se basa en la «democracia de partidos», y Podemos ya es parte de ese sistema que tanto decía odiar). La credidibilidad ante sus votantes ha desaparecido, por lo que las encuestas ya les dan un 11% de los votos, lo que les deja a un paso de mi pronosticado 10%.
Sin duda que Podemos sigue destacando en la traición a su electorado porque el partido de la horizontalidad está a punto de ver cómo su liderazgo se traspasa -sin contar con las bases- dentro de la pareja reinante (Iglesias-Montero). En este artículo de El Mundo se describe el sinnúmero de meteduras de pata cometidas por los líderes de este partido en los últimos días, que da idea de cómo han perdido el rumbo por completo.
En definitiva: que los partidos que crecieron al calor de la supuesta regeneración propiciada por el movimiento 15-M han caído en la misma corrupción de los que les precedían, y han comenzado una tendencia a implosionar, por lo que se vislumbra en el horizonte la irrupción de nuevos partidos.
PD: Última hora. Irene Montero aclara que «la esencia de Podemos no son las mentes brillantes», en alusión a la candidata a la Comunidad de Madrid, Isabel Serra.