Esta semana sólo me voy a hacer eco de lo que Benjamin Fulford dice en el minuto 10, respecto al sistema monetario. Según él, fue una reunión entre el líder chino y el jefe del BIS (Banco de Pagos Internacionales, BPI, en siglas hispanas) lo que hizo que el sistema bancario mundial validara el oro que los chinos poseen (el 90% del oro mundial) y que Nixon «ilegalizó» en 1971: esas decisiones políticas y judiciales en torno a los bonos históricos son las que tenían bloqueado el reseteo del sistema monetario. Ya es historia.
La razón de que me salte el resto del Informe Fulford es que cuando lo he escuchado acababa de leer este extraordinario artículo de un ruso (traducido al inglés) en torno al evento del pasado 29 de marzo, en el que se hizo firme el Acuerdo Basilea III. En pocas palabras, lo que ha ocurrido en esa fecha es que la contabilidad de la riqueza de un país se va a hacer de otra forma, y la posesión de oro se ha convertido ya en un activo de «clase A», a la hora de medir la fortaleza de una moneda. Esto quiere decir que los medidores de la deuda de un país (préstamos a devolver frente a activos) se trastocan en gran parte, y aquellos países que, como Rusia y China, tienen grandes cantidades de oro, van a poder emitir más dinero, sin inflación, activando así su economía.
El articulista prevé una gran subida del oro para este otoño pero, de hecho, esta ya es el pistoletazo de salida para el reseteo del sistema monetario, como decía la noticia de Sputnik News de hace unos días. Si cruzamos esta información con la que proporciona Fulford, nos sale que el oro histórico que da vida al reseteo ya es aceptado por los estándares internacionales, por lo que ya no hay ningún obstáculo, y sólo hace falta que los mercados abandonen el petrodólar cuanto antes para que Estados Unidos se pueda declarar en bancarrota y emitir un nuevo dólar basado en oro.
Muy recomendable este enlace.
