Después de la sucesión de profanación a iglesias en Francia, con el culmen del incendio de Notre Dame, han llegado los brutales atentados a las iglesias en Filipinas, donde los grupos de extremistas islámicos parecen querer imponer su religión a golpe de bomba.
Es hora de reconocer que hay una campaña mundial para suprimir la religión cristiana. Vamos a ver qué efecto tiene esto en las próximas elecciones europeas.