Ayer Q continuó desgranando las pruebas con las que la Justicia cuenta para derribar a la élite implicada en el tráfico sexual de niños a través del agente de El Mossad, Jeffery Epstein. Y comenzó con un vídeo, subido ayer mismo (por lo que se puede afirmar que ha sido el gobierno quién lo ha publicado), grabado desde un dron, que hace un recorrido por la isla, con especial enfoque en el templo donde, a buen seguro, se han realizado los sacrificios humanos, coronado con el conocido símbolo del búho. Mensajes después recalca que «la clave de este caso está en el simbolismo». Q desmonta la coartada de Bill Clinton con la publicación de la fecha en la que estuvo en la isla, e instistiendo en la red de cámaras que grababan todo lo que allí sucedía (con fines extorsionadores) y dejando entrever que existen esas grabaciones.
[En una entrevista con una cadena de televisión, la periodista Anne Coulter, máxima especialista en el caso, ha subrayado que «Epstein respondía a una operación de un estado», lo que confirma mi tesis de que era un mero agente de los servicios secretos israelíes].
Q también dedica unas cuantas publicaciones al famosísimo presentador de televisión Bill Maher, que acusó de pedofilia a Trump en su día, recordando que su productora se llama «Producciones Amante de niños» y dejando entrever que también es parte del entramado de Epstein. Por último, hay una alusión a las propiedades obtenidas por el ex vicepresidente Joe Biden, con el recordatorio de que Trump aprobó una ley que amparaba recuperar esas propiedades cuando hayan sido obtenidas a partir de la corrupción o el tráfico de seres humanos.
