Durante la guerra en Siria, nos enteramos de que Rusia había desarrollado armas más avanzadas que las que disponía el ejército norteamericano, entre las cuales había armas láser capaces de destruir búnkers subterráneos, cientos de metros bajo el suelo. Pues bien, de acuerdo a lo que publica el sitio whatdoeistmean, en la reunión en Suiza que tendrá lugar esta próxima semana, el representante de la administración norteamericana por el departamento de estado, John Sullivan, pedirá a su homónimo ruso, Sergey Ryabkob, una licencia de uso de la tecnología conocida como Logis-Geotech, capaz de hacer un mapeado de túneles subterráneos, con el fin de llevar hasta el final las investigaciones del sumario sobre Jeffrey Epstein y su red de tráfico sexual en la isla de las lolitas.
Hay que precisar que, dado el cáracter único de esta tecnología, los rusos no la venden sino que «la arriendan» bajo su control, con el fin de que no sea replicada, pero lo interesante de la información proporcionada por Whatdoesitmean» es que el FBI piensa que en la isla se han realizado sacrificios de vírgenes y que con esa tecnología se podrían encontrar. En este interesantísimo informe, se precisa que, gracias a su actividad como proxeneta, Epstein podría tener el control de todos los últimos gobiernos norteamericanos, especificando que en las ceremonias habrían pertenecido numerosos profesores de Harvard, envueltos en una secta satánica emparentada con la decimonónica «Hellfire». [Este link os pondrá con probabilidad que es peligroso].
Sobre la personalidad de Epstein se está avanzando mucho día a día, aclarando el perfil de un joven de 23 que, sin acabar sus estudios, entra a trabajar como profesor de matemáticas en una universidad relacionada con magnates judíos (donde realiza un chantaje sexual a un profesor), de donde salta, sin experiencia alguna, a la firma Bearn & Sterns, de donde es expulsado, supuestamente, por montar un negocio piramidal, y de ahí comienza una inexplicable meteórica carrera hacia la cima que ahora se explica por los chantajes sexuales que ha venido realizando a la élite financiera. Ningún broker conoce actividad alguna de Epstein en la bolsa de valores, por lo que su reputación como financiero es totalmente falsa, y la hipótesis de que los «inversores» en su fondo de inversión son sólo víctimas de su chantaje, se refuerza.
Entre las informaciones que maneja la periodista Amazing Polly, ha podido trazar una clara relación entre la familia de influyentes judíos Bronfman, el magnate de la firma Victoria Secret también judío Lex Wexner y el propio Epstein, que son miembros del secreto grupo judío Mega, con lo que es prácticamente seguro que Epstein trabajaba para los servicios secretos judíos. Su más estrecha colaboradora, Ghislaine Maxwell, es la hija del fallecido magnate anglojudío, cuyos servicios fueron reconocidos por la nación hebrea cuando murió. La conexión con la secta NXIUM a través de la familia Bronfman también se refuerza.
Según cuenta Alex Jones, en la actualidad Epstein está negociando una pena de cinco años de cárcel a cambio de revelar los nombres de los implicados en la red de tráfico de niñas.
