España — 18 julio, 2019 at 6:19 am

Por qué Pablo Iglesias quiere dos ministerios y Pedro Sánchez no se fía de él

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Mucho se está hablando de las exigencias de Pablo Iglesias de que Pedro Sánchez le conceda dos ministerios a su grupo político y poco del porqué esa obsesión. Las razones obedecen a dos tipologías, siendo ambas igual de importantes.
Por un lado, Iglesias sabe que si no tiene presencia en el gobierno, Pedro Sánchez va a seguir rapiñando sus ideas y robándole el electorado, como ha pasado en la anterior legislatura. La solución de colocar a dos «independientes» cercanos a Podemos sería suicida, como ya demostró Manuela Carmena, que aprovechó el sillón y «pasó» absolutamente de Pablo Iglesias, que nada obtendría si los supuestos méritos se los llevaran otros. El coletas necesita, por tanto, visibilizarse en una poltrona para favorecer a los suyos y no sólo, por dos razones.
El Marqués de Galapagar tiene cara suficiente para aparecer sólo en el Consejo de Ministros, aunque evidentemente, quedaría muy aislado, pero la auténtica razón de que pida dos ministerios es la cara que le pondría Irene Montero si sólo tuviera él ese cargo: «machista», «sólo piensas en ti» y demás lindezas serían lo que sonaría en su casa, algo absolutamente insoportable, que no podría aguantar. Por eso, al final, el que sea una pareja la que lidere Podemos se ha convertido en un inconveniente para cualquier tipo de trato por parte de Sánchez: Iglesias tiene que pedir todo ¡POR DOBLE!
Así las cosas, el ex jugador de baloncesto sabe que si mete en el Consejo de Ministros a la pareja de vallecano/moratalaz van a suponer una tortura para él.
Os voy a contar un secretillo: tengo dos amigos que fueron, el uno compañero de universidad de Sánchez y el otro, amigo de su vecino puerta con puerta. Las referencias que ambos me han contado de Pedro Sánchez es la de un tipo normal, tranquilo y algo «paradete»; es decir, con poca picardía. La pillería que Sánchez ha aprendido ha sido en las agrupaciones socialistas y en la carrera política pero no ha crecido con ella, y mucho menos el contacto con los chavales de barrio vallecanos, como Pablo Iglesias. Por estética y por cultura, Sánchez se siente mucho más cómodo al lado de Pedro Sánchez, y no hay más que ver la manera de vestir de ambos: por eso Sánchez desconfía de Pablo Iglesias, porque desconoce el arte de la pillería barriobajera.
Sánchez sabe moverse en los altos salones con sus buenos modales y la doble cara como arma pero enfrentado con dos «perros callejeros» como Iglesias y Montero tiene muy poco que hacer. Los líderes podemitas tienen muchísima más calle que Sánchez y en combate dialéctico son infinitamente más eficaces que el adonis socialista.
Por eso, en el fondo, y pese a que estén tan cercanos ideológicamente, está resultando tan difícil que se entiendan. Y si al final lo hacen, esa unión acabará como el rosario de la aurora. Tiempo al tiempo.