Ayer, Q volvió a publicar el vídeo de las cajas de la Cruz Roja repletas de dólares (que me han contado que circulaba ya en Sudamérica bajo diferentes interpretaciones, todas ellas, relativas a corrupción), apuntando a una operación, ya en marcha, contra la malversación de fondos por parte de la supuesta organización caritativa.
En concreto, Q publicó una auditoría sobre la Cruz Roja, un proyecto de ley patrocionado por el diputado republicano Grassley titulado «Ley de Transparencia de la Cruz Roja norteamericana» y una noticia del 2016 que apuntaba a que el 25% de las donaciones para ayudar a las víctimas del terremoto de Haití no iban destinadas a ellas sino a gastos internos de la organización. De todo ello se deduce que el famoso terremoto, durante el cual la Fundación Clinton robó niños que desaparecieron posteriormente, se va a convertir en foco de atención.
Un tuit del diputado Devin Nunes, que es quien ha pedido la desclasificación de los informes que prueban la conspiración contra Trump, y dos pruebas de que el presidente y Q están coordinados, son también reseñables. Por un lado, Donald Trump enlazó en twitter a una información de Q y por otro, el rubio millonario ha aprobado en las últimas horas algo que Q había anticipado: que para votar va a hacer falta el documento de identidad, con lo que el fraude demócrata va a ser imposible que se repita.
Por otro lado, Q ha puesto en el punto de mira al Vaticano, comparándolo con la película El Padrino III, colocando una foto de una imagen reptiliana, al lado de unas declaraciones del Papa Francisco hablando en contra del tráfico de personas para el uso sexual.
Se confirma que hoy tendremos las primeras desclasificaciones, a través de un tuit de George Papadopoulos.
