Atención a esta importantísima noticia, cuyas implicaciones sólo podemos vislumbrar. La bolsa de Hong Kong ha propuesto comprar la de Londres, lo que marca el final del poderío anglosajón y devuelve el poder a Asia, pero esa compra se vincula a una no-acción todavía más significativa. El London Stock Exchange debería renunciar a la compra de Refinitiv, empresa responsable de terminales de información financiera, propiedad del todopoderoso fondo Blackstone y Thomson-Reuters (la primera agencia de comunicación, que fue propiedad de los Rothschild hasta hace bien poco).
En definitiva, lo que está en juego es la inteligencia artificial que ofrece información sobre los mercados, frente al mercado en sí mismo, con la batalla entre China y el Reino Unido de fondo.