El pasado lunes se hacía público que los nuevos gestores de Andalucía habían encontrado en unas cámaras de seguridad documentos relativos al fraude de los ERE (expedientes de regulación de empleo que desviaron fondos de la Unión Europea), aprobado mientras la actual vicepresidenta, Carmen Calvo, era consejera de cultura. Se da la circunstancia de que la jueza Alaya estuvo pidiendo esos documentos, y en todo momento se le dijo que se habían perdido, por lo que ahora podemos entender, no sólo porqué no se le proporcionó, sino porqué fue sustituida en la causa por la jueza Núñez Bolaños, que es cuñada de Doña María Guija Villa, quien era la responsable de finanzas de la agencia IDEA, que era quien concedía los préstamos a las empresas en proceso de regulación de empleo.
El círculo se cierra. Prevaricación de libro.