Ayer 9 de diciembre, The New York Times publicó en el vídeo en el que se ve claramente cómo el avión ucraniano que se estrelló hace pocos días en Teherán fue derribado por un misil.
También ayer, pero unas pocas horas antes, la web de filtraciones rusas Whatdoesitmean afirmaba que el avión se incendió antes de estrellarse, producto de la dispersión en el aparato de nanothermite (el mismo explosivo con el que estallaron las torres gemelas).
El informe también afirma que Arabia Saudita (al igual que Estados Unidos) ha invertido miles de millones en nanotecnología en los últimos años, y señala que sus científicos han estado aprendido esta tecnología en Alberta, Canadá, de donde fueron expulsados, y lo que motivó que Arabia Saudita amenazara con derribar un avión canadiense.
También ayer mismo, y coincidiendo con las repercusiones del derribo del avión ucraniano en Irán, Israel se apresuró a presentar su arma láser, en una clara muestra de que, si la guerra va a vivir una «escalada tecnológica», ellos están perfectamente preparados para la contingencia.