Lo último que me faltaba por ver: un travesti dando clases de moral y sentido común a los padres que llevan a sus hijos a lugares donde hay travestis: «en esos lugares hay sexo y drogas, y no es bueno que los niños vean esas cosas. Además, a los homosexuales no nos hacen ningún favor porque ya tenemos fama de desviados, pervertidos y pedófilos, como para que den más argumentos».
Una de las tesis que defiendo en mi siguiente libro es que, cuando la locura permea a toda la sociedad, son los locos los que dicen la verdad.