El último informe publicado por Whatdoesitmean afina todavía más más en la creación del coronavirus, recordando que Trump ordenó cerrar las instalaciones militares de creación de armas biológicas de Fort Detrick, el pasado 2 de agosto. Veinte días después estalló una oleada de muertes entre usuarios de los cigarillos electrónicos, aquejados de una extraña enfermedad que afectaba a los pulmones y que esta página ligada a los servicios de inteligencia asocia al contagio por coronavirus.
Diez días después, es decir, el 2 de septiembre, la doctora judía norteamericana Emma Mendelsohn publica en colaboración con el experto en coronavirus de Wuhan, doctor Shiyue Li, un documento científico titulado «Interacción entre animales y humanos en la transmisión de coronavirus procedente de murciélagos entre los habitantes de zonas rurales«. El 18 de octubre la Fundación Bill Gates organiza, en colaboración con el World Economic Forum, el Evento 201, en el que simulan la aparición de un coronavirus en China. El 15 de noviembre (antes de que estalle la crisis, el 10 de diciembre), el Centro de Detección de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) contrata a un panel de expertos especializados en pandemias y compra un test que no es capaz de diferenciar entre coronavirus y agua.
Por si todo esto fuera poco, ahora se conoce que unos cuantos políticos del partido demócrata aprovecharon en bolsa su conocimiento del estallido de la crisis, entre ellos, la judía Diane Feinstein.
¿Todavía queda alguna duda?
