Parece que en El Confidencial han leído mi comentario de ayer sobre la cloroquina, porque hoy publican una refutación de las cualidades de la cloroquina, a pesar de que varios países en el mundo lo están utilizando, y consiguiendo estupendos resultados con él.
Por el nombre, es evidente que este desinfectante tiene que ver (aunque sea, lejanamente) con el dióxido de cloro, el antiparasitario que descubrió el ingeniero Jim Humble y que ha sido perseguido en varios países, como España, y utilizado en otros, como Alemania y Hungría.
Sus propiedades antiparasitarias hace que el escenario actual se convierta en el foco de la atención mundial: ¿se atreverá algún país a superar la censura de la industria farmacéutica y proponer su uso?
En este orden de cosas, tanto Andreas Kalcker como Josep Pámies han hecho sendos vídeos, animando a que -con el código deontológico médico en la mano para este tipo de emergencias- los médicos traten a los enfermos terminales con este remedio.
Ayer, el campesino catalán ha subido un vídeo que incluye las declaraciones de un biólogo canario confirmando las propiedades antivirales del conocido como «MMS» y animando a los médicos a usarlo. La batalla, en todo lo alto.