Al final del artículo, «esconde la mano que ha tirado la piedra» y rebaja el tono con la consabida retahíla de la conspiranoia, pero en realidad el artículo es muy positivo porque trae a la opinión pública la realidad de las armas biológicas, a través de la historia, y en las últimas décadas. Muy importante que el representante ruso habla de que «hace falta una investigación internacional sobre el tema».
Esto quiere decir que desde Rusia se va a apoyar la difusión de la información verdadera y la necesidad de una investigación.