El periodista alavés no ha querido aclarar cuáles han sido las razones de su cese, aunque ha dicho que no tenía que ver con la crisis del coronavirus.
A mi modo de ver, el gobierno (que está ayudando a los medios de comunicación) ha pedido su «cabeza», al igual que han caído Sánchez Dragó (El Mundo) o Ussía (La Razón). El gobierno socialista quiere evitar que haya voces críticas ante lo que viene, y tener al coronel Baños en el equipo es un seguro de que Cuarto Milenio iba a dar que hablar.
¡Bienvenido a la resistencia, Iker!